La robótica no deja de
avanzar. Y lo hace en múltiples direcciones: por un lado, están los robots
“sensibles”, con sentido del tacto, gracias a una piel artificial. Por otro,
los robots voladores, desarrollados para que construyan estructuras en emplazamientos
inaccesibles; y el robot-gato, que se desplaza como los felinos. Además, en el
CSIC se están desarrollando androides de salvamento, que en un futuro podrían
colaborar con los humanos en labores de rescate. Por Yaiza Martínez.
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